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¡Cuidado!
Que la Doctrina de Ser Pueblo “escogido” Nos Separe
En los últimos meses me he encontrado con situaciones entre familias cristianas, relacionadas por sangre biológica y por la de Cristo, que están en crisis. Como todas las buenas familias es de esperarse que nuestras familias tengan conflictos de vez en cuando.
¡Cuidado!
Que la Doctrina de Ser Pueblo “escogido” Nos Separe
En los últimos meses me he encontrado con situaciones entre familias cristianas, relacionadas por sangre biológica y por la de Cristo, que están en crisis. Como todas las buenas familias es de esperarse que nuestras familias tengan conflictos de vez en cuando.
Por eso creo que una de las razones mas importantes por las cuales se registra a Jesús diciendo; “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos,” no es tanto por la espiritualidad de la adoración y a la oración, como mas comúnmente interpretamos este verso. Sino que Jesús entendía que entre aquellos que lo llamarían Dios, siempre habría conflictos. Recordar que como creyentes, Jesús estaría en medio de todas nuestras relaciones, las mejores y las no tan buenas, serviría de herramienta de mediación.
¡RECORDATORIO! Jesús como abogado no tiene preferencia por las partes. Jesús tampoco es árbitro quien dicta quien es el ganador y el perdedor. Entre conflictos donde las relaciones entre las hermanas de la iglesia se separan, como miembros del cuerpo de Cristo todos somos perdedores.
Jesús, como encarnación de la Palabra, sus enseñanzas y ejemplo de mansedumbre serviría de modelo a seguir en nuestro trato de unos hacia los otros.
Practicas y las variantes doctrinales entre una congregación a otra (inclusive dentro de la misma denominación), son de las razones por las cuales hermanos en los medios sociales, reuniones, y conversaciones entran en conflictos de diferencia de opinión. En mi humilde opinión creo que nuestros egos son lo que satisfacemos en nuestro deseo de imponer nuestra manera de creer y pensar en otros. Algunos, entramos en debates con el animo altruista de defender a Dios y la buena doctrina. Pero en realidad es muy poco lo que pensamos en Dios cuando entramos en esa dinámica.
Cuando en la Biblia se habla de un pueblo escogido y separado para Dios, encontramos los propósitos de que entre las multitudes podamos ser separados, es decir, que otros nos puedan distinguir. Aquí algunos versos que nos dan la clave;
1. ANUNCIAR LAS VIRTUDESDE DIOS
1 Pedro 2:9 “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.”
Todos aquellos que seguimos a Dios dentro de nuestras tradiciones cristianas tenemos cosas buenas que anunciar acerca de Dios. Y sin importar las diferencias de nuestras doctrinas, lo bueno que decimos de Dios por lo general es congruente. ¿Puedes decir algo bueno del Dios que siguen los Católicos, Luteranos, Pentecostales, Metodistas, Evangélicos, Testigos de Jehová, Mormones? Si solo TU Dios es bueno; ¡Revísalo!
2. PARA DIOS, PORQUE DIOS QUIERE
Deuteronomio 7:6-8 “Porque tú eres pueblo Santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo Suyo[a]de entre todos los pueblos que están sobre la superficie de la tierra. El Señor no puso Su amor en ustedes ni los escogió por ser ustedes más numerosos que otro pueblo, pues eran el más pequeño de todos los pueblos; 8 mas porque el Señor los amó y guardó el juramento que hizo a sus padres (antepasados)…”
Aunque esta promesa es escrita para Israel, nosotros los cristianos como gentiles redimidos nos incluimos en la misma. Ni el mismo Israel es escogido, separado y santo por lo que son, saben, o hacen. Por amor, decisión, y pacto Dios nos escoge. ¿Tenemos entonces que no preocuparnos por lo que decimos, creemos y hacemos? ¡Claro que si! En respuesta a Su amor, no solo hacia Dios debemos respeto, sino hacia unos y otros. En Efesios 1:4 hay señal de este entendimiento, que antes de que hiciéramos nada, ya Dios habría hecho pacto para con nosotros.
3. PARA QUE SU NOMBRE PERMANEZCA PARA SIEMPRE
2 Cronicas 7:16 “pues ahora he elegido y santificado esta Casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.”
En esta corta muestra de versos bíblicos, vemos que la santidad nada tiene que ver con nosotros y todo que ver con Dios. El ser separados jamás debe ser razón para que bajo nuestro propio criterio nos separemos unos de otros. Las gentes no cristianas bajo su criterio sabrán distinguirnos. Jesús mejor expreso el deseo de su corazón en Juan 13:35, “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.” Aun mas, que ejemplo nos dejo nuestro Salvador, desde la cruz, que en medio del error de aquellos que le injuriaban, escupían, y torturaban, no se enfoco en cambiarles su opinión o creencia sino mas bien dijo; “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Jesús reconoció que la sabiduría de ellos era limitada y oro por ellos.
Oremos, por nuestra humildad en reconocer que todas nuestras sabidurías son limitadas y oremos los unos por los otros.
PAZ Y NO A LA GUERRA
Que sepan que somos cristianos por nuestro amor.